QUEIROS3

LETRAS Y MAS

CAMINANDO POR LAS PLAYAS DE LIMA, HASTA EL MORRO SOLAR CON LOS LOMEROS DE VILLA

Desde el morro solar, la vista panorámica de Lima se extiende por todo lo que alguna vez fue un extenso valle, hoy la vista se cansa de ver todo tipo de casas.

Allí uno encuentra el Monumento al soldado desconocido, el planetario Morro Solar, la Cruz del Papa, el Cristo del Pacífico y si uno tiene suerte puede toparse con alguna modelo de vestido corto y taco alto.

Mientras la mayoría de los varones contemplaba la vista panorámica de Lima y de pasache, como quien no quiere la cosa, le echaban un discretísimo ojo a la modelo que se contorneaba al ritmo de la música al filo del acantilado, a nuestra espalda sonó una voz, que se escucho hasta la playa de la herradura; ¡que esperan para pedirle una foto a la calata! ¡vayan, vayan a tomarse su foto con la calata!

Trágame tierra

El soldado desconocido pareció despertar, el planetario abrió su cúpula, la cruz del papa pareció ondular, el Cristo del pacifico pareció recordar su pasado en Brasil y pareció ensayar unos pasos de samba.

La música cesó, la modelo dejó de bailar y junto a sus acompañantes miraron al grupo de caminantes que los observaba, era un grupo muy variado que tenia encima 17 kilómetros de caminata, dudaron un momento cuando vieron que se les acerco la dama que organizaba al grupo, quien con suma amabilidad le pidió a la modelo que posara con los caminantes que estaban andando desde el final de la avenida Brasil hasta el morro solar, pasando por un reparador baño de mar en la plaza las sombrillas de Chorrillos.

Con muy buena onda, la modelo accedió y oh sorpresa, nadie quiso ir a tomarse la foto de rigor, las damas del grupo literalmente tuvieron que empujar con su aliento a los varones, el soldado desconocido pareció anotarse.

Para llegar allí habían pasado varias horas de caminata, habíamos celebrado en el camino dos cumpleaños, nos ofrecieron clase de surf, al ver el numeroso grupo, cinco por uno fue la oferta.

Pasamos por el parque para mascotas y por las diferentes playas de Magdalena, San Isidro, Miraflores, Barranco y Chorrillos, vimos las aun salidas al mar de los canales que surcaban el suelo de Lima, el más conocido el canal de huatica, eso explica el verdor de algunas partes de los acantilados, también se puede apreciar que hay edificios que, por ganar terreno al acantilado, están prácticamente en el aire.

Una caminata a buen ritmo y con mucho sabor, compartiendo anécdotas como la historia del restaurant Costa verde, del que hoy tan solo quedan ruinas, viendo como las familias llegan con sus infaltables ollas a la playa o como el gusto culinario sabe ahora del mango verde con sal o de la tizana bien helada.

Y de las incontables surf school, que demuestran porque el país es una potencia mundial en ese deporte. Vimos a más de un extranjero recibir sus clases de tabla. Pasamos por el proyecto de funicular y vimos la obra de la ineptitud del alcalde de Miraflores.

Nos dimos tiempo para un chapuzón en el mar y luego reponer el alma con un pan con pejerrey antes de acometer la subida al morro solar y encontramos con la modelo.

Para reponer fuerzas buscamos un lugar con las tres B, bueno, bonito y barato pero la hora jugo en contra, casi las tres de la tarde, nos convenció la voz decidida de una dama que nos habilitó todo un recinto en exclusiva dentro del domerca, pero a la hora de la hora, el chef del lugar se encontró con que los pedidos de los comensales superaban sus provisiones y hasta el gas le jugo en contra, pero el hombre no se amilanó y saco plato tras plato incluso pidiendo pescado prestado a los vecinos.

Un gran domingo con el guiado de Los Lomeros de Villa, fue tan entretenida la caminata que nadie sintió que casi completamos los 20 kilómetros de caminata a pleno sol de verano.

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