CAMINOS DE LA HISTORIA
Camino Inca en Chontay - Proyecto Qhapaq Ñan hasta California Chosica.
No había lugar a quejas, se había a anunciado como una caminata preparatoria para caminatas de largo aliento como el peregrinaje al Señor de Huamantanga o Choquequirao, se recomendaba llevar bastante agua y sus alimentos, el lugar es árido y no hay delivery se advirtió.
La cosa pintaba muy bien. El encuentro grupal señalado por los Lomeros de Villa ACSFL, era el metro de la molina, cruce de las avenidas Javier Prado con Avenida La Molina y con exactitud lomera, el grupo tomo un bus para rio seco en Cieneguilla, el bus era un bólido sin amortiguadores que toda la avenida Del corregidor se la paso haciendo saltar a los ocupantes de los asientos de atrás del carro unos metros de altura, y no eran “las caídas hondas de los cristos del alma, de alguna fe adorable que el destino blasfema.” Sino la ira del chofer por manejar un domingo de sol cervecero. pareciera que de arranque se quería probar la resistencia de los caminantes. En río seco, rápidamente la mayoría se aprovisionó de lo necesario para soportar el rigor de la caminata y previo paso por los servicios higiénicos nos embarcamos para Chontay.
El Centro poblado de Santa Rosa de Chontay, tiene ya un aire limpio, y caminando un poco se llega al proyecto de camino inca de Chontay, donde existe la piedra campana, una inmensa roca con enigmáticos dibujos, que harían las delicias de los amantes de las teorías extraterrestres, la peculiaridad es que la sólida roca tiene vibración de campana si sabes donde tocar, como todo en la vida. Luego de las fotos junto a la enigmática roca campaña, fuimos al lugar donde empezaría la caminata, que está a unos kilómetros del Centro poblado.
La quebrada por donde hay que “surfear” rocas es el real inicio de la caminata, mientras uno avanza se pregunta que clase de huayco trae piedras tan grandes en su recorrido. Por momentos uno encuentra senderos de arenisca blanca y por momentos todo está bloqueado por rocas que se levantan como cortinas pétreas. Y entonces se escucha el silencioso grito: madre mía dónde me metí; y unos versos de vallejo vienen en auxilio: “Tengo fe en ser fuerte/ Dame, aire manco, dame ir/ galoneándome de ceros a la izquierda. “Tengo fe en que soy, y en que he sido menos: Ea! Buen primero! (Trilce XVI)
Como ya es de conocimiento público, el grupo Lomeros de Villa ACSFL, hace el guiado de manera gratuita pero cada uno corre con sus propias energías y piernas como buenos guías están atentos a como marcha el grupo para ello suelen distribuirse al inicio, al medio y al final y estaban muy atentos a que nadie se quedara perdido entre las rocas, desde un lugar de descanso donde nos reagrupamos, vimos que el camino inca estaba a golpe de vista, nosotros caminábamos por el lecho de rocas, el camino inca estaba a mitad del cerro, un amigo pata perro (así se llama su grupo) se aventuró a subir, bien protegido del calor con su capa amarilla, al cabo de unos minutos nos pasó la voz, para subir pero los guías nos advirtieron que ellos subían al camino inca por la zona de la gran roca, porque antes era muy inseguro, habían muchos derrumbes que cortaban el camino y mejor era seguir por lo ya conocido.
“Serpentea el sol en tu mano fresca,
y se derrama cauteloso en tu curiosidad. (Trilce LXXI)
EL sol hacía su trabajo mientras las piernas el suyo, el sol no da tregua ni sombra que a uno lo cobije pero ya estábamos en el camino inca y entonces uno se asombra del diseño del camino inca, todo está bordeando los cerros, es una subida constante, pero en un ángulo de inclinación que no fatiga. Uno tiene la sensación de caminar en terreno plano, cuando uno mira atrás se da cuenta de cuanto ha subido y uno no puede dejar de imaginar esos caminos bien mantenidos con personas caminando a paso seguro y como todo eso se derrumbó.
En varios lugares se nota que no solo se labró el camino bordeando los cerros, sino que se construyeron tejidos de rocas para mantener plano el camino y pese a lo árido del paisaje: “nunca, sino ahora, ha habido vida. Nunca sino ahora, han pasado gentes. Nunca, sino ahora, ha habido casas y avenidas, aire y horizonte.” (hallazgos de la vida, Vallejo).
Uno no puede dejar de pensar caminando por ese camino: “¡Cuán poco tiempo he vivido! Mi nacimiento es tan reciente, que no hay unidad de medida para contar mi edad. ¡Si acabo de nacer¡ ¡si aún no he vivido todavía! Señores: soy tan pequeñito, que el día apenas cabe en mí”. Vallejo dixit.
Tal vez muchos peruanos vivan sin vivir lo que es encontrarse con la historia que poblaba estos caminos, aunque el terreno es árido se respira otra energía, estaba contento de llegar al abra california punto de encuentro del grupo, sentía que de alguna manera había nacido otra vez. Luego de caminar unas tres horas por caminos poblados de memorias tan antiguas como inmortales, gracias a los Lomeros de Villa ACSFL, que entre sus objetivos es que se conozca la historia que nos antecede.
Ya luego del reparador descanso empezó el descenso y esa es otra historia por la carretera, que como se comprenderá esta diseñada para carros no para personas, ya fue mero trámite, bajada rápida, con las piernas de freno. Contemplando como avanzan las invasiones de terrenos. Llegamos hasta una bodega en California, ya un grupo se había adelantado, para calmar la sed y aprovechar de darle unas galletas a un par de canes de mirada triste que nos recibieron.
La caminata fue el Domingo 27.04.2025 en el siglo del señor.